miércoles, 25 de febrero de 2015

Mensajes de la Santísima Virgen María

Mensajes trascendentales
dados por la Santísima Virgen María

(al vidente Clemente Domínguez y Gómez, hoy Papa Gregorio XVII.)




30 de diciembre de 1.969

La Inmaculada Concepción

“Debes tener energía para defender los mensajes que te he encomendado: la adoración de la Santa Faz, el Viacrucis, el Rosario de Padrenuestros, la Comunión reparadora de los primeros jueves. Está la salvación del mundo.”

11 de febrero de 1.970

Nuestra Señora de Lourdes

“Hijos míos: estoy muy contenta con todos vosotros, y más en estos momentos que rezáis el Santo Rosario de Padrenuestros, que es el que más me alegra y me llena de gozo y salva muchas almas.”

22 de febrero de 1.970

La Santísima Virgen María

“Estoy muy contenta con vosotros porque habéis hecho el Viacrucis. Las oraciones de noche son las que más agradan a mi Hijo Jesús, porque es cuando más se le ofende por las impurezas. Tened todos cuidado; no iros nunca al lecho en pecado mortal.”

24 de febrero de 1.970

La Santísima Virgen María

“Hijos míos: ¿Por qué tenéis tan olvidado a mi castísimo Esposo, cuando él vela también por la Iglesia, y él es el Padre de la Iglesia, ya que, al ser Padre adoptivo de Jesús, es Padre de la Iglesia también?

Hijos míos queridos: acordaos siempre de San José, varón castísimo. Os pido que hagáis lo posible por poner en este Sagrado Lugar una imagen digna de mi castísimo Esposo; y si alguien dijere que no es ésta mi voluntad, es que a mí tampoco me quiere, pues el que no es devoto de San José, tampoco es devoto mío.”

12 de abril de 1.970
Palmar de Troya

La Santísima Virgen del Carmen

“Hijo mío: Me dirijo a vosotros, como Madre de Jesús y vuestra, para deciros que meditéis, con el corazón, y puestos en mis manos, el saludo que me hacéis en la Salve. Meditad especialmente en la parte que decís: «Muéstranos a Jesús». A eso vengo, a mostraros a mi Divino Hijo Jesús, y os lo muestro en su Divina Faz desfigurada, maltratada, ensangrentada, escupida, que se hizo Víctima para ofrecerse a vuestro Padre Celestial para purificaros de vuestros pecados y redimiros para la vida eterna.

Os digo que, los que aún no comprendéis el lugar que debe ocupar mi Divino Hijo, adoréis su Divina Faz para consolar mi dolorido Corazón, para que algún día sepáis hacerlo, porque se lo debéis hacer por ser Dios vuestro Redentor.

Hijos míos: cuando no comprendáis lo meritorio que es adorar la Santa Faz de mi Divino Hijo, pensad lo siguiente: Voy a adorar la Divina Faz de Nuestro Señor Jesucristo para alegrar el Corazón Inmaculado y Dolorido de mi Madre, la Virgen Santísima. De esta forma comprenderéis que soy canal para ir a Jesús, vuestro Salvador y Rey del Universo, por voluntad del Padre Celestial. Os bendigo.”

15 de abril de 1.970

La Santísima Virgen del Carmen

“... Pero os pido a todos vosotros que procuréis todos los días oír la Santa Misa, oración principal de todos los fieles católicos; que recibáis a mi Divino Hijo en la Eucaristía, que vayáis todos los días a visitar a mi Hijo expuesto en la Sagrada Eucaristía en manifiesto, que hagáis el Viacrucis, el Santo Rosario de Padrenuestros.”

2 de mayo de 1.970

La Santísima Virgen del Carmen

“Así me gusta, hijos míos, que tengáis devoción a mi castísimo Esposo que, como Padre de la Iglesia que es, es vuestro padre, al cual le debéis devoción; pero que la devoción no se quede en una simple oración, sino que le imitéis en su castidad, en su pobreza, en su humildad y en su obediencia.

Él fue designado por el Padre Celestial para protegerme y proteger al Niño Jesús, vuestro Salvador. Por eso, él vela por la Iglesia y os acerca a vosotros a Jesús y a Mí, vuestra Madre.”

28 de mayo de 1.970
Palmar de Troya

Estábamos cantando el Salve Madre, y al llegar a la parte “muestra aquí de tu gloria los resplandores”, apareció la Santísima Virgen y dio el siguiente mensaje:

La Santísima Virgen del Carmen

“Como me pedís, os complaceré: Un día, aquí mostraré los resplandores de mi gloria. Ese día está cercano; lo estáis tocando con las manos. Será un día grandioso, lleno de gloria, y podré estar rodeada de todos mis hijos. Muchos de ellos tendrán una visión clara de mi persona; otros verán mi silueta; otros, un gran resplandor, y quedarán sorprendidos, porque se darán cuenta que en él estoy Yo. Pero otros, perversos, me verán y lo negarán; porque el soberbio pone la ciencia por encima de las cosas de Dios, y no se da cuenta que Dios es el Máximo y gobierna todas las cosas, y la ciencia está sometida a Él. Y otros, que querrán seguir su camino de perdición, me dirán: “¡quítate de ahí!”, porque saben que la visión les traerá responsabilidad y tendrán que cambiar de camino; pero su soberbia se lo impide. Pero, los que tengan el alma como niños, me verán y me aceptarán como Madre que soy, y querrán seguir el camino que Yo he trazado. Estos se alegrarán por toda la vida, pues ese día me volcaré de tal forma, que se darán cuenta de las gracias que he recibido de la Augusta Trinidad.

6 de agosto de 1.970

La Santísima Virgen del Carmen

“Hijo mío: no es necesario tener que decir que hay que reunir las condiciones que mandan la Ley Divina y los Mandamientos de la Iglesia. Precisamente, todos los que lleven este Escapulario, tendrán siempre perfecto conocimiento para cumplir los Mandamientos, pues, por este medio, mi Divino Hijo incrusta en sus corazones la Imagen de su Rostro, de tal manera que el enemigo no puede resistir la Luz del Altísimo, y decide retroceder; por lo cual, todos los que llevan este Escapulario, se van perfeccionando, llegan a amar más intensamente a la Eucaristía, ya que la Santa Faz es espejo de la Eucaristía. Os bendigo.”

16 de enero de 1.971

La Santísima Virgen del Carmen

“Hijos míos: tened presente siempre que, si queréis ser librados de los ataques de Satán, el mejor medio para que él retroceda y se derrita, es teniendo delante, en vuestro pecho, el Divino Rostro de mi Hijo. Ante Él, el enemigo no puede seguir adelante, pues la Luz de mi Hijo lo derrumba. Cuando Satán se disfraza aparentando ser Jesús o ser Yo, vuestra Madre, y tenéis puesto externamente el Rostro de mi Hijo, inmediatamente él desaparece, porque él es soberbio y no puede soportar la majestad de Dios.

Hijos míos, quisiera que vuestras mentes comprendieran el valor que tiene llevar este Santo Escapulario externamente en este Sagrado Lugar.

Mis queridos hijos: os digo estas cosas porque os amo y porque os tengo en mi Corazón, y no quiero que el enemigo os engañe. Como fe de la autenticidad de cuantas palabras estoy diciendo, os digo: ¡Viva Jesús Sacramentado! Palabras que no puede pronunciar el enemigo.

A todos os quiero: a unos por una cosa y a otros por otra cosa, y a cada uno según sus debilidades. No es que quiera a uno más que a otro, sino de distinta forma. Jamás riño porque no os quiera, sino porque os quiero de verdad, y a todos os cobijo bajo mi Santo Manto. Os bendigo.”

31 de enero de 1.971
Santuario de Nuestra Señora de Covadonga, Asturias.

La Divina Pastora

“Confiad en Mí, soy vuestra Divina Pastora; dejaos conducir como sumisas ovejas, pues Yo, como Madre del Divino Pastor, rogaré por vosotros.”

3 de marzo de 1.971
Santuario de la Medalla Milagrosa, París.

La Santísima Virgen María

“París; no mirarlo: es pasto de llamas. No quedará una piedra en pie.

Hijos míos: Os doy las gracias por haber venido hasta este Santuario de la Medalla Milagrosa, atendiendo a mis deseos. Extended por Francia, por toda Europa, lo siguiente:

... Decid al mundo: Yo soy la Milagrosa. Si me lo pedís con verdadera confianza, Yo conseguiré de la Santísima Trinidad que todos esos castigos sean aminorados. Haced oración y penitencia.

¡España: también tú tendrás que sufrir castigos, pues no eres obediente a la voz de Dios! Mas España, por gracia divina, sufrirá menos, ya que en los españoles hay un gran número de devotos a Mí, y Yo no los abandonaré.

Hijos míos: cuidaos, que el comunismo os acecha. Está infiltrándose en todas las naciones para dar el golpe mortal. Cuidaos de la masonería; ya está en todos los estamentos europeos. Desgraciadamente, ya está infiltrada en España. Hijos míos: haced constante oración y penitencia, pues pocos avisos tendréis ya. El Padre Celestial está a punto para descargar su santa ira sobre la humanidad ingrata.”

5 de marzo de 1.971

La Santísima Virgen del Carmen

“... Siempre estoy con vosotros cuando me invocáis.” ...

21 de marzo de 1.971
Palmar de Troya

La Divina Pastora

“Ovejitas mías, Yo os pastorearé cuando reine el Antipapa, ya que será difícil localizar al verdadero Papa en esa época de confusión.”

25 de abril de 1.971

La Divina Pastora

“Hijos míos: vengo como Divina Pastora para llevaros a todos a Jesús Eucaristía, en esta hora de tinieblas en que tan despreciada está; en esta hora que se niega la presencia real de Cristo en la Sagrada Eucaristía. ¡Oh ovejitas mías! Yo quiero pastorearos; dejaos guiar por Mí. Yo soy vuestra Pastora, Madre del Divino Pastor y Madre de los fieles del Divino Pastor.

Ovejitas mías: acudid con frecuencia a la Sagrada Eucaristía; procurad visitar a la Eucaristía oculta en el Sagrado Tabernáculo; hacedle allí reparación por los ultrajes que recibe; hablad con Él; Él os escucha y os habla cuando humildemente queréis escuchar su voz, aunque no lo oigáis por vuestros sentidos de audición, pero sí en vuestros corazones.

Ovejitas mías: Desagraviad a mi Jesús en el Tabernáculo por los que le reciben indignamente, por los que no doblan las rodillas ante Él, por los que le dan las espaldas, por los que niegan su real y augusta Presencia.

¡Oh, hijos míos! Penetrad en el Sacramento del Amor, humillaos ante Él, contadle vuestros problemas, vuestras dificultades, vuestras alegrías, vuestras tristezas, vuestros buenos propósitos; y antes de que deis un paso para algo, siempre consultadle en el Sagrado Tabernáculo. Él os iluminará.

... Hijos míos: acercaos siempre a la Sagrada Eucaristía con amor, recogimiento, con profundo arrepentimiento de vuestros pecados. Hijos míos, meditad a quien tenéis delante: todo un Dios que baja a la tierra para que lo comáis, bebáis su augusta Sangre y recibáis su gracia. Ante tanto amor, debéis corresponder también con amor.

Mis queridas ovejitas: amad intensamente a Jesús. Mirad: si decís que me amáis, que soy vuestra Madre, y no me agradáis, desobedeciéndome, ¿cómo decís que me queréis? El que a Mí me ama, se encamina a Cristo, y el que ama a Cristo, se encamina al Padre Celestial.

... ¡Oh, hijos míos! Próximamente el Vicario de Cristo, el mártir del Vaticano, Pablo VI, el hijo de mi Corazón, terminará su misión, y después vendrá un Antipapa. Muchos hijos de la Iglesia creerán que el Antipapa es el verdadero Papa; enseñará herejías, destruirá aparentemente a la Iglesia. Muchos dirán: tenemos que obedecer a la jerarquía. Pero Yo estaré hablando con mis hijos y advirtiendo de los desvíos, y os pastorearé.” ...

24 de junio de 1.971

La Santísima Virgen del Carmen

“Hijos míos: Vengo como Madre de Jesús y Madre de vosotros, para recordaros lo abandonado que está Jesús en la Eucaristía. Está muy solo.

Os vuelvo a decir que frecuentéis más la Eucaristía, que oigáis la Santa Misa. Acudid siempre a Misa con gran devoción, el Sacrificio más agradable al Eterno Padre, en el que Cristo se ofrece como Víctima por vosotros.

No olvidéis: el Santo Sacrificio de la Misa es la renovación del Gólgota, en el que Cristo renueva el Sacrificio de la Cruz incruentamente.

¡Oh, hijos míos: tened siempre presente la Sangre derramada de vuestro Redentor, la Sangre Divina que dio como precio por vuestra redención!

... Hijos míos: muchos de los que venís a este Sagrado Lugar, tenéis abandonado a Jesús en la Eucaristía. Algunos os limitáis solamente a la Misa dominical...

Procurad hacer también la visita al Santísimo, especialmente cuando está expuesto de manifiesto...

Así que ya sabéis, hijitos míos: acudid con frecuencia a la Santa Misa y recibid la Sagrada Eucaristía. Os bendigo.”

15 de septiembre de 1.971

La Divina Pastora

“Hijos míos: Yo estaré con vosotros en las duras pruebas. No faltará mi consuelo, mi abrazo y mi santo Manto. Yo os guiaré como Divina Pastora, ¡rebañito querido! Vosotros seguiréis siempre mi báculo, e iréis seguros a buen puerto. Yo soy vuestra Madre, la Madre de vuestro Dios y Madre vuestra. ¿Cómo os voy a olvidar? ¿Cómo os voy a abandonar? si tanto me ha costado el adquiriros como hijos, ¡si me ha costado la Pasión de Jesús! ¡No os puedo abandonar, mis queridas ovejitas! ¡Ovejitas de mi Inmaculado Corazón! ¡Ovejitas queridas! Estad siempre alrededor de vuestra Divina Pastora, vuestra Madre Celestial, que os mima, que os quiere, que os cobija bajo su santo Manto.

Yo, la que estuve al pie de la Cruz, en pie, no desmayada como me pintan; en pie, cumpliendo mi misión de Corredentora, de Mediadora Universal, mi misión de Madre de la humanidad. Allí estaba Yo en el Calvario, en pie, rígida, consciente de mi alta responsabilidad. No os imaginéis a vuestra Madre querida desmayada, no. Nunca estuve desmayada en el Calvario. Sabía cuál era mi misión. Un día antes, Yo le rogué a mi Jesús con estas palabras: “¡Hijo mío, llévame contigo al Cielo, no me dejes en la tierra sola, quiero estar contigo; no quiero que te vayas y me quede sin Ti!” Jesús, el buen Jesús, respondió con estas palabras: “Madre, acepta la voluntad del Padre Celestial. Es preciso que Tú te quedes para cuidar de mi Iglesia. Mi Iglesia necesita una Madre, hasta que ellos ya puedan caminar.” Y entonces Yo, junto con mi Jesús, me ofrecí al Padre como víctima por la humanidad. Yo así le dije al Padre: “Padre mío amantísimo, Yo me ofrezco con mi Jesús para la redención de la humanidad. ¡Ten piedad de ella! Y acuérdate que ha costado el próximo derramamiento de la Sangre de mi Hijo.” Y sentí la voz serena del Padre: “Tu plegaria, mi amada Hija, la he escuchado favorablemente, y te concedo ser la Corredentora de la humanidad, la Mediadora de las gracias. Por Ti pasarán todas las gracias. Serás el Canal hacia Jesús. Todos tendrán que pasar por Ti, hasta llegar a Jesús, mi Mediador.” Por eso, no puedo dejaros solos. Yo os cobijo, Yo os quiero.” ...

23 de septiembre de 1.971
Lourdes

La Santísima Virgen de Lourdes

... “La Iglesia Católica no olvide nunca que, para admitir en sus sagrados servicios y oficios, tiene que exigir las creencias en los sagrados misterios de la Fe católica, la creencia en los sagrados Dogmas y defensa de ellos, y la adhesión inquebrantable y obediencia hasta la muerte al Santo Padre, Sumo Pontífice, Vicario de Cristo, Pastor Supremo de la Iglesia, Jefe Universal de la Cristiandad.

Si no hay ese debido acatamiento, no hay unidad, y entonces, los mismos católicos caen en la herejía. La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica. Lo acepten o no lo acepten, sólo hay una Iglesia verdadera: la Iglesia de Cristo, comprada por su preciosísima Sangre derramada en la Cruz, en el Gólgota, transmitida a Pedro y a todos sus sucesores...

Los que verdaderamente queráis ser católicos, tenéis que defender con santa energía: primero, las Sagradas Escrituras, junto con el Magisterio Eclesiástico, y sin olvidar nunca la Santa Tradición, lo que el Espíritu Santo ha ido inspirando a la Iglesia durante veinte siglos.

... El culto a Dios se perfecciona, pero nunca se puede rebajar, ni ridiculizar. A Dios, lo mejor de lo mejor: oro, incienso, mirra, oblación, reverencia y bendita esclavitud a Él, para poder llamarse hijos de Dios.” ...

25 de septiembre de 1.971
Santuario de Nuestra Señora de La Salette

La Santísima Virgen María

“... ¡La humanidad está perdida! Ha caído en la soberbia, en el abandono de las buenas tradiciones. Está dando la espalda a su Madre Celestial: Yo, la Virgen María, Madre de Dios, y Madre de los hombres por la preciosísima Sangre derramada por Jesús en la Cruz. La humanidad camina ciega, regida por inicuos pastores, pastores que no cuidan de las ovejas, pastores que viven en el placer mundano, pastores desviados...

Otra suerte sería la del mundo si los mensajes que di en este Sagrado Lugar hubieran sido escuchados, extendidos y cumplidos. Mas, la mayoría no los creyeron; otros, los combatieron; a otros, no les interesaba.

Aquí, en La Salette, anuncié muchos de los males que habrían de venir a la Iglesia y al mundo. Y se están cumpliendo al pie de la letra, y otros que han de venir últimamente. Se cumplirá hasta la última letra que Yo he pronunciado en este Sagrado Lugar.

Ya se van viendo las cloacas que anuncié en el siglo pasado aquí en La Salette. Los ministros del Señor, muchos de ellos, abandonan el Altar para casarse y vivir placenteramente con una mujer. ¿Acaso creéis que eso no es apostasía? ¡Ay de aquel que ponga su mano en el arado y se vuelva atrás! El que se consagra Sacerdote, queda consagrado según el Orden de Melquisedec, y siempre será Sacerdote. Y después de su muerte, seguirá siendo Sacerdote en el lugar a que haya sido destinado... Ya lloraba Yo, en este lugar, por los males que habrían de venir...

Debéis saber, hijos míos, que la Eucaristía, hay que recibirla dignamente, con respeto, recogimiento, oblación y consagración a Dios. Y la postura digna es de rodillas, doblando las rodillas ante la majestad de Cristo Jesús, que ha dado su vida para la salvación de los hombres; que se da a comer y a beber su Sangre, para extender sus gracias y su misericordia. Aquellos Sacerdotes que administran la Comunión en la postura de pie, o la depositan en la mano en lugar de la lengua, el Reino de Dios no será para ellos, porque pisotean a Jesucristo Sacramentado. Ellos deben exhortar a los fieles a que la reciban de rodillas, y en la lengua depositada, no en la mano, esas manos impuras de los fieles.

Ministros del Señor, Yo os pregunto: ¿Para qué han sido purificadas vuestras manos? ¿Es que acaso vuestras manos son iguales que las de los demás fieles? No. Vuestras manos son sagradas. Y, la Sagrada Eucaristía, solamente pueden tocarla con la mano los Sacerdotes, y aquellas personas que el Cielo directamente las autorice, como ya se dieron casos en Santos de la Iglesia, que no eran Sacerdotes, pero Cristo Jesús les ordenaba.

... La humanidad se acordará para siempre de las palabras que dije aquí en La Salette, a mis videntes en el pasado siglo, porque todas han de cumplirse. Mas, como soy vuestra Madre, a todos los que acudáis a Mí, Yo os protegeré. Siempre estoy repitiendo: os protegeré, os abrazaré, os cubriré con mi santo Manto. Yo os libraré del Enemigo. No andéis turbados por los acontecimientos que han de venir, porque Yo estaré con vosotros en los momentos más terribles. No os faltará vuestra Madre celestial, como no le faltó a Jesús en la Cruz. Fue abandonado de todos, pero a su Madre allí la tenía, como vosotros me tendréis a Mí.

... Yo soy la Omnipotencia suplicante. Dios ha depositado el cetro en mis manos. Yo tengo el poder como Reina del universo. Dios ha ceñido mis sienes con la corona real. Ha depositado en mis manos: en una, un cetro; en la otra, el Rosario, señal de predestinación eterna; a los pies, el mundo.

Acudid a Mí. Yo soy vuestra Madre, por ser Madre de Dios. Soy la Corredentora, la Mediadora universal. Por eso, el Enemigo está furioso contra Mí, ya que Yo llevo a las ovejas hacia el Buen Pastor, Cristo Jesús. Yo soy la Divina Pastora. Asíos todos a mi báculo; vuestro sostén, vuestra firmeza está en mi báculo. Caminad con él y llegaréis a la barca donde habita el Buen Pastor. Ahí quedaréis como ovejitas mansas esperando la Resurrección de la carne, para contemplar, por toda la eternidad, la majestad de Dios.” ...

27 de septiembre de 1.971
Bolonia. Sepulcro de Santo Domingo de Guzmán

Nuestra Señora del Rosario

“Hijo mío: Este mensaje, hay que hacerlo llegar al Santo Padre Pablo VI. Los acontecimientos terribles anunciados con tiempo para la Iglesia, ya están a las puertas. El Vaticano ya está en manos de los masones y marxistas. Hay infiltrados masones y fariseos en la Curia Romana. Son los que obstruyen el camino al Vicario de Cristo.

Es necesario que se sepa bien lo que ha de venir, pues la sangre correrá por la plaza de San Pedro. El comunismo y la masonería están ya manipulando el gran golpe decisivo. El marxismo se apoderará de la Iglesia y se sentará en el trono.

... Es necesario que se restablezca el Latín en la Iglesia, pues las lenguas vernáculas representan a la torre de Babel.

Debe suprimirse la Comunión administrada de pie; pues, ante Dios, todo hombre doblará las rodillas. De ninguna manera se puede depositar la Sagrada Eucaristía en la mano. Es obligatorio depositarla en la lengua.

¡Atención al Sínodo de los Obispos! Será decisivo. De ahí partirán terribles acontecimientos a la Iglesia. Pablo VI es el Sumo Pontífice de la Iglesia. Los Obispos son colaboradores. Pero el Papa es el que tiene la potestad suprema en representación de Cristo Jesús. Que los Sacerdotes conserven el Sagrado Celibato, y no torturen al Papa.” ...

23 de octubre de 1.971

Garabandal. En el descenso en la carretera, se apareció la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Mediadora Universal en la Dispensación de todas las Gracias, con hábito blanco, manto rojo, corona imperial y puente plateado en la mano izquierda.

La Santísima Virgen María

“Mi pequeño rebaño: os agradezco vuestra visita penitencial a este Sagrado Lugar de Garabandal. Gracias por vuestra acogida al llamamiento de Jesús. Yo, vuestra Madre, os cobijo bajo mi Manto Celestial, os bendigo de todo corazón, os guío hacia la meta que es Jesús.

Vengo en este momento como Mediadora Universal en la Dispensación de todas las Gracias. Aquí, en mi mano izquierda, traigo un puente, por donde han de pasar los que quieran ir a Jesús. Y por este mismo puente pasan todas las Gracias que vienen de Jesús hacia vosotros.

Yo, la Corredentora, la que estuvo al pie de la Cruz, estoy aquí con vosotros para alentaros y para llevaros a buen puerto. Llevo el timón de la Nave, porque el Señor Jesús así lo ha querido. No es que Él necesite de Mí, sino que así lo ha querido Él que sea. Y este es mi papel de Mediadora, de Corredentora, de Refugio de los hijos de la Iglesia.” ...

16 de agosto de 1.972
Palmar de Troya

La Santísima Virgen María

“Queridos hijos: gracias a todos vosotros por esta vuestra visita a este Sagrado Lugar. Gracias os doy a todos. A todos os bendigo y a todos os cubro con mi santo Manto. Invocadme siempre para que caminéis en rectitud. Llamadme siempre, y Yo estaré con vosotros, y os llevaré a Cristo Jesús. Soy vuestra Madre, vuestra tierna Madre. Yo os cobijo y os mimo, y os encamino hacia Jesús, vuestro Salvador.

Hijitos míos: Rogad mucho en esta hora de confusionismos, en esta hora de las tinieblas, en esta hora de ofuscación. ¡Rogad, rogad, para manteneros firmes en esta hora del poder de las tinieblas! Rogad, para que los enemigos de la Iglesia sean desenmascarados...

Hijos míos: la Nave de Pedro atraviesa por grandes tempestades. Y estas tempestades de ahora son terribles, porque la Nave balancea hacia un lado y hacia otro; y Pedro se ve en el timón, muchas veces, casi solo. Rogad por Pablo VI, para que continúe en el timón de la Nave, y cada día se fortalezca más y desenmascare todos los males que hay en la Iglesia. Esta hora es de borrasca. Próximamente pasará la Iglesia por la hora del eclipse. ¡Terrible eclipse, en la hora en que el cisma estará patente!

Se aproxima la hora de un gran cisma en la Iglesia, que de hecho ya ha comenzado, pero que, próximamente, este cisma será encarnado en un falso Papa. ¡Rogad, rogad!, porque muchos, entendiendo mal la obediencia, seguirán el camino del Antipapa, que está próximo a ocupar la Sede. Tras de ese cisma, tras grandes luchas, tras derramamientos de sangre, tras terribles dolores de parto, vendrá la gloriosa primavera a la Iglesia. Una primavera en la que Cristo reinará en la tierra purificada. En esta tierra que será lavada, purificada, acrisolada por el Padre Celestial.

¡Alegraos, hijitos queridos, alegraos!, porque está próxima la primavera de la Iglesia. Mas, antes es preciso que el Cáliz sea purificado. ¡Alegraos y regocijaos!, porque la primavera está a las puertas con el segundo advenimiento de Cristo Jesús. Mas, es preciso que sufráis la pasión, la dolorosa pasión, a imitación de vuestro Divino Maestro. Poco a poco caminaréis hasta el Gólgota. Seréis elevados en la Cruz, para luego resucitar con Cristo glorioso y reinar con Él. Alegraos de sufrir esta pasión que se os avecina. Bendita pasión que os purificará, que os acrisolará y os dejará blancos como la nieve; y así reinaréis gloriosamente.

Se acerca vuestra pasión. Estáis en los comienzos de la dolorosa pasión, la pasión que le ha tocado a la Iglesia vivir. La Iglesia Católica está sufriendo la pasión, a imitación de su Divino Fundador.

Esta Iglesia peregrina camina hacia el Calvario, a sufrir la Crucifixión. Pero, al igual que su Maestro, resucitará gloriosa. Y vosotros, como miembros de esta Iglesia, tenéis también que pasar por esos dolores, esos sufrimientos propios de la pasión.” ...

8 de septiembre de 1.972

La Santísima Virgen María

... “¡Oh, hijitos queridísimos! ¡Cuán grande es este momento: una Madre rodeada de sus hijos, y sus hijos predilectos, sus hijos elegidos y escogidos! No seréis nunca capaces de comprender este momento, porque los que estáis aquí habéis sido llamados. Nadie está aquí, en este lugar, por mero capricho, sino por voluntad del Padre Celestial que os congrega. Claro está: muchos sois llamados, pocos los escogidos. No todos corresponden a las gracias. Pero estando conmigo, implorando mi amor, mi protección, corresponderéis todos a las gracias.

Hijos queridos de mi Corazón; he aquí el Corazón de una Madre que goza alrededor de sus hijos queridos; el gozo de aquella Madre que, al pie de la Cruz, selló su Maternidad Espiritual. Y, ¡qué sello! En el Calvario, junto a Jesús, padecí espiritualmente la Crucifixión.

Hijitos queridos: con vuestras mentes, traspasaos unos momentos al Gólgota. Ved allí al Cordero inmolado pendiente de una Cruz. Y, como bien sabéis, era Mi Hijo quien derramaba aquella Sangre: Vosotras, algunas, que sois madres, ¡cómo sentís el dolor de vuestros hijos! Es algo que clava en el corazón, que desgarra. Y he aquí que aquella Madre quedó contemplando la sangración del Hijo. No os podéis imaginar nunca aquel terrible dolor, aquel Corazón que quedaba traspasado de dolor, el dolor de Madre, dolor muy superior a todos los dolores: dolor de la muerte del Hijo, sabiendo que aquel Hijo no era un Hijo cualquiera, sino el mismo Dios de los Cielos y tierra, hecho un guiñapo en un campo. Y he aquí vuestra Madre que se ofreció, junto con Él, al Eterno Padre, para la salvación de vosotros. Por eso, soy llamada la Corredentora, porque cooperé con Cristo a vuestra redención. Y no olvidéis nunca el regalo que os hizo Cristo en la Cruz; un regalo de salvación, porque os dio una Madre. Desde aquel momento mi Corazón saltaba de júbilo, porque perdí en un momento aquel Hijo, pero recibía una multitud de hijos; por eso he dicho otras veces que, en esta tierra de Andalucía, saben plasmar mi misión, porque es dolor y gozo al mismo tiempo: un Hijo muriendo, y una multitud de hijos recibiéndolos. Estuve al pie de la Cruz, rígida, firme; bien es verdad que llorando aquella pena, pero no desmayada, ¡no! No estuve desmayada. Supe el papel que me tocaba. Y pronuncié el Fíat. Desde aquel momento, mis brazos se hacían cada vez más tiernos, mis manos se suavizaban para tocar las cabezas de mis hijos, para acariciar a unos y a otros.

Contemplad el Calvario: la locura más grande de la historia. No hay otra locura como la del Calvario: un Hombre que ha bajado a la tierra haciéndose como los demás, menos en el pecado. Todo un Dios se hace Hombre. Es la envidia de los ángeles, la santa envidia de los ángeles: que el Dios de los cielos se hace hombre. ¡Qué dicha para vosotros! Y aquella locura, siempre ha sido la admiración de la humanidad; unos, para bendecirla; otros, para maldecirla. Pero, en una palabra, la admiración. Un Hijo que se desgarra pendiente de una Cruz, que sufre; y una Madre que, quieta, deja que maltraten a su Hijo. Es muy difícil comprender eso: una Madre, allí, con sus ojos en el Hijo, ve cómo le torturan; pero, al mismo tiempo, siente un gozo grande en su Corazón, porque sabe que aquella tortura va a representar la salvación de los hombres, que desde aquellos momentos también son sus hijos.

¡Oh, mi querido rebaño, cuánto me gusta hablar estas cosas a vosotros, a los humildes y sencillos; porque los sabios y prudentes no comprenden estas maravillas; sus estudios, su literatura es tan grande... Y, sin embargo, ¡cómo están ciegos para comprender los misterios de Dios!” ...

18 de septiembre de 1.972

La Santísima Virgen María

... “Hijos queridos: vivís en una época de confusionismo y de falsas doctrinas. Repasad el Magisterio Eclesiástico a través de la historia de la Iglesia. Repasad las Sagradas Escrituras, porque hoy en día hay falsos doctores, falsos pastores que desvían a las almas. ¡Oh, hijitos míos, cuántas veces Jesús se tapa los oídos, cuando desde los púlpitos se enseñan doctrinas heréticas! Lo que ayer era pecado, hoy ya no es pecado; lo que ayer era verdad, hoy es error; lo que ayer era error, hoy es verdad. La verdad y la mentira quedan en el mismo plano, y los fieles no saben donde está la verdad; mas es fácil: acudid al Magisterio Eclesiástico a través de la historia de la Iglesia. El Espíritu Santo ha ido hablando a través de los siglos, cuyas verdades son inmutables y eternas. No podéis escuchar doctrinas contrarias a la verdad, por muy alta jerarquía, pues la verdad es una. Todo lo que se sale de la verdad, es anatema. Hoy se habla poco de anatema; hoy el error se perdona, incluso se admite.” ...

1 de octubre de 1.972

Trujillo (Venezuela) Capilla de las Siervas del Santísimo.
Detalla el vidente: El padre Guido (hoy P. Bonifacio María de la Santa Faz), celebró la Santa Misa. Finalizada ésta, apareció la Santísima Virgen María, vestida de azul celeste y rodeada de 24 ángeles. Me llené de extrañeza al ver a la Santísima Virgen María arrodillarse, junto con los ángeles, ante una Sagrada Forma en exposición. Le pregunté: ¿Cómo es que Tú, siendo su Madre, te arrodillas? Ella me contestó:

“Además de Hijo, es mi Dios y Señor, mi Padre y mi Esposo.”

21 de noviembre de 1.972
Palmar de Troya

La Santísima Virgen María

... “Andad preparados, porque vienen tiempos de mayor confusionismo, hasta sentarse, próximamente, el Antipapa. Mas confiad: la Iglesia de Cristo no se derrumba. La Iglesia de Cristo camina asistida por Él, como prometió, y las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella. Andad tranquilos: Jesús está con la Iglesia; pero con la Iglesia auténtica, fiel a los dogmas, fiel a la tradición y fiel al Magisterio, al auténtico Magisterio Eclesiástico.” ...

25 de noviembre de 1.972

Ciudad deLeón. Capilla del Santísimo, en donde se encuentra la imagen de la Virgen del Camino. Apareció la Santísima Virgen bajo esta advocación, con el Señor muerto en sus brazos.

La Santísima Virgen del Camino

“Hijos míos: Consoladme, siquiera con una oración, por el momento en que tuve en mis brazos el Cuerpo muerto de Jesús, vuestro Salvador. Y consoladme, también, por el dolor tan profundo que recibí en aquel momento en que fue depositado en mis brazos y contemplé su Rostro desfigurado y su Cuerpo todo lleno de llagas, el precio de vuestra Redención. En aquel gesto maternal, Yo hacía el papel que correspondía como Corredentora de la humanidad.

Y es lo que sigo haciendo al sostener en mis brazos el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, especialmente en esta hora de la Pasión de la Iglesia, Yo estoy acompañando a la Iglesia hacia el Gólgota. Estoy asistiendo a todos mis hijos; y, cuando llegue el momento de la Crucifixión de la Iglesia a imitación de su fundador, Yo estaré para tomar en mis brazos a todos los mártires y para alentar a las almas que sean menos fuertes, para infundirles la fortaleza.

He ahí el misterio de estas imágenes en que se me representa portando el Cuerpo de Cristo muerto. Y así se continúa portando a la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo. Al ser la Madre de aquel Cristo, soy la Madre del Cristo Místico, que es la Iglesia; por lo cual, soy la Madre de todos vosotros.

Dad gracias a Jesús por este don que os ha dado, que así tenéis una Madre para que os cuide y os guíe, especialmente en los momentos de persecuciones y tribulaciones. Aquí está vuestra Madre para guiaros hacia Jesús.

Mi bendición a todos vosotros, a España y al mundo.”

6 de marzo de 1.973
Palmar deTroya. Delante de la imagen de la Divina Pastora.

La Santísima Virgen María

... “Hijitos, hijitos queridísimos: repasad los mensajes que se han ido dando en este Sagrado Lugar, siempre en defensa de las Sagradas Escrituras, en defensa de la Santa Tradición, en defensa del Magisterio Eclesiástico. En una palabra: la exposición de la verdad y siempre la verdad.

La aparición no viene a traer nada nuevo, sino a confirmar la doctrina, a hacer que los hijos la recuerden. Hijitos míos: ¡cuántos han encontrado la Fe auténtica en este Monte Sagrado de Cristo Rey! En este bendito Palmar de Troya, ¡cuántos han encontrado la Fe auténtica! Pese a sus divisiones, pese a las interferencias, pese a muchas cosas, ha prevalecido la verdad.

... Hijitos míos, el Padre Celestial me envía a vosotros para que os transmita sus palabras: ¡Ay del que toque este Sagrado Lugar! ¡Ay de aquellos, porque su ira caerá sobre ellos! El Padre Celestial también me envía para comunicaros a todos que este Monte de Cristo Rey es luz y antorcha en la Iglesia, en esta hora de la tempestad y de las tinieblas, y mira a este Palmar de Troya como a las niñas de sus ojos, no por las personas que en ellas están, sino por decreto suyo. Las personas que a él acuden, son como todos; unos más buenos, otros menos buenos; unos más apóstoles, otros menos apóstoles... Pero el Padre Celestial ha querido que sea este lugar la luz y la antorcha que ha de preparar a los hijos de la nueva Iglesia: de la Iglesia del triunfo de Cristo sobre las naciones. Este lugar es llamado a preparar a las naciones para recibir a Cristo glorioso, en la manifestación de su poder y su justicia; en una palabra: para recibir a Cristo Rey. Y de aquí, de este bendito lugar, quiere el Padre Eterno que salgan sus apóstoles que han de preparar a la humanidad para el retorno de Jesús. Por eso, es el Monte de Cristo Rey. Meditad en estas palabras: Monte de Cristo Rey.” ...

19 de junio de 1.973

La Santísima Virgen del Carmen

“... Quiero comunicaros que Yo misma, el 16 de julio, bendeciré el agua del pozo del sagrado lugar del Palmar de Troya. Deseo que los enfermos bebáis el agua que Yo bendeciré ese día. Desde el 16 de julio, el agua dejará de ser de los hombres, pues se convertirá en agua de vuestra Madre del Palmar, para sanar a los enfermos...”

16 de julio de 1.973

La Santísima Virgen María

“Hijitos míos: Ya queda el agua del pozo bendecida por mi mano poderosa, mi mano de Madre de bondad. Desde este momento, podéis beber el agua del pozo y obrará curaciones en los enfermos. Bebed con confianza del agua de vuestra Madre: el agua de vuestra Madre del Palmar, que cura las enfermedades espirituales y corporales. Bebed con confianza.

He ahí el sello del Palmar: el agua bendecida por mi mano. A muchos curará. Llevad el agua a los enfermos de todas partes, en vuestras ciudades y en vuestras naciones. Mi bendición a todos vosotros.”

19 de octubre de 1.973
Madrid

La Santísima Virgen María

“Hijitos míos: poco os voy a hablar ya, pues va llegando la hora en que me ocultaré en el desierto. Mirad, hijitos míos: se aproxima el tiempo, en el próximo pontificado, en que habrá dos Papas: el verdadero y el Antipapa. Será tiempo de tinieblas y confusionismo, cual no lo hubo en la historia de la Iglesia. Habrá muchos aparentes grandes santos, que no sabrán si ir con el Papa verdadero o con el falso.

La lectura, la cultura, la ciencia, el arte, no servirán para encontrar la luz; sólo la oración, la penitencia y la humildad. Aquellos que humillen su cabeza ante Dios, oren y pidan luz, la encontrarán. Mi Hijo permite la aparente disconformidad entre los distintos videntes y místicos, para que os humilléis y pidáis luz.

Mirad que en el Calvario, estando Cristo Jesús clavado en la Cruz, los príncipes de los sacerdotes y fariseos le decían que bajara de la Cruz y creerían en Él. Mas, teniendo poder para hacerlo, no lo hizo; pues, a Dios, no se le puede obligar a que dé pruebas; mas, aquellos que las pidan con humildad, las recibirán.

No os preocupéis por mis palabras avisándoos que ya os voy a hablar poco, pues entonces estaré en el corazón de cada uno. De una forma más viviente, me instalaré con trono en vuestros corazones, aunque os parezca raro. Todos aquellos que han vivido en la oración y la penitencia, me encontrarán en su corazón...”

29 de enero de 1.974

La Santísima Virgen María

“Mis queridos hijos: Se aproxima la gran tempestad sobre la Iglesia, cual no la hubo nunca. Ya están los enemigos de Dios dirigiendo la Nave de Pedro. Mas, esto todavía es poco; pues, próximamente llegará el cisma a la Iglesia y un falso Papa se sentará en la Cátedra de Pedro y, desde ahí, tratará de destruir la Iglesia de Dios, la verdadera Iglesia Católica.

Mas, para ese momento, ya estarán preparados los apóstoles Marianos por todas las naciones, que, en unión con el verdadero Papa, restablecerán el orden, cuyo orden no será visible, pues será en catacumbas...”

2 de febrero de 1.974
Palmar de Troya. Primer mensaje.

La Santísima Virgen María

“Mis queridos hijos: Gracias a todos vosotros, los que habéis venido a este Sagrado Lugar en este día solemnísimo en que se celebra el cuarto aniversario de la colocación solemnísima de la Santa Faz de mi Divino Hijo; de esta Santa Faz, que es el Sol para iluminar toda la humanidad; de esta Santa Faz, que irradia la luz a todos los hombres de buena voluntad por todas las tierras.

Por un designio expreso de la Augusta Trinidad, fue pedido entronizar, en este Sagrado Monte, la Divina Faz de Cristo Jesús, Rey de reyes. ¡Cuántas bendiciones ha recibido este lugar y sus devotos desde que fue entronizada la Santa Faz! Y, ¡cuánto ha retrocedido el Enemigo infernal!

Hijitos míos: ¡Qué horror y qué pánico tiene Satán a la Santa Faz! No os lo podéis imaginar. Por eso, está garantizado, aquí dentro de estas verjas, el que Satán obre con menos poder. Y de esto, muchos no quieren darse cuenta. Mirad y observad que, cuando oráis aquí, oráis ante el espejo de la Divinidad: esa Faz Sacratísima que os enseña la dolorosa Pasión para vuestra salvación.

Hijitos míos queridísimos: Defended este Sagrado Lugar contra las embestidas del Dragón infernal. Proteged esta Sacratísima Faz, que es y será la luz del mundo. Desgraciadamente no todos comparten esto que os digo. Hijitos queridísimos, ya veis cómo se ora y cómo se hace penitencia y sacrificio ante esta Sagrada Faz. Y así, el Eterno Padre aplaca su cólera. Y así, el Eterno Padre deja de ver muchas cosas que hay en el mundo, porque sus ojos se centran en la Faz de su Ungido. Dichosos vosotros que estáis aquí celebrando este acontecimiento, porque es un acontecimiento muy grande el aniversario de la entronización de la Sacratísima Faz de Cristo Jesús. No es un día cualquiera: es un día solemnísimo, porque compete al bien de las almas de las distintas naciones que van viniendo a este Sagrado Lugar.

Esta Santa Faz, que es adorada y venerada en este lugar, está siendo extendida por todos los rincones de la tierra. En muchos países está extendida y preside los hogares de los devotos de este lugar. Por ese motivo, la ira del Eterno Padre se va aplacando. A vosotros, mis queridos hijos, os corresponde extender más esta dulcísima devoción a la Sacratísima y Serenísima Faz de vuestro Salvador.

Mis queridos hijos, Yo os pregunto: ¿Acaso no veis en la Santa Faz la majestad de Dios? ¿Acaso no se vislumbra su Omnipotencia? Meditad ante ella, ante esta dulce Faz, y veréis las delicias y recibiréis bendiciones y gracias. Mirad, hijitos míos: hoy está todo este Sagrado Lugar lleno de ángeles, gozosos, cantando las alabanzas de Dios. Y, ¿sabéis dónde se están centrando los ángeles, adónde están mirando? Están mirando la Sacratísima Faz.

¡Oh, hijitos míos: nunca os daréis cuenta de la importancia de la devoción a la Santa Faz, especialmente en estos últimos tiempos! Un día llegará en que la Sacratísima Faz de Cristo Jesús será vista por toda la humanidad, ya gloriosa. Pero, para alcanzar esta gracia, es necesario, antes, reparar su sagrada Faz ultrajada.”

A continuación, el segundo mensaje:

La Santísima Virgen María

“Mis queridos hijos: Os transmito a todos que estas imágenes bajo el dulce título de Madre del Palmar, que hoy he bendecido, serán la luz para los días de tinieblas en las casas donde se me honre. Estad tranquilos todos aquellos que tengáis estas Sagradas Imágenes, que hoy en este día especial bendigo, de que tendréis la luz asegurada para los tres días de tinieblas. Y mi bendición va extendida a todas las imágenes que tenéis en depósito... Y una cosa muy importante es que hagáis lo posible por entronizar solemnemente esta Sagrada Imagen en vuestros hogares... Y a los moribundos de vuestras familias y amistades, procurad bendecirlos con esta Sagrada Imagen, para que su paso por el Purgatorio sea brevísimo. El Cielo está continuamente inventando gracias para vuestra salvación. No las despreciéis. Hijitos queridísimos: extended este dulce título de Madre del Palmar por todas partes, hasta los confines de la tierra.”

8 de abril de 1.974

La Santísima Virgen María

“... Mis amadísimos hijos: redoblad vuestras oraciones y penitencias. Aún es poca. Sólo así aplacaréis la ira del Eterno Padre... ¡Oh mis queridos hijos! Orad y haced penitencia, porque los acontecimientos catastróficos están a las puertas, muy a las puertas; no el cercano que entendéis de las cosas cercanas del Cielo; sino, verdaderamente muy cerca, pensando en humano. Están a las puertas. Oración y penitencia. Oración y penitencia. Oración y penitencia. Sólo así mitigaréis los efectos de la gran catástrofe que se avecina sobre la tierra.

Mis queridísimos hijos: no os congrego aquí para distracciones, sino para la oración y penitencia; para que meditéis en la Dolorosa Pasión de Cristo Jesús; para que comprendáis cómo todo un Dios se hizo hombre y sufrió la Pasión para desagraviar al Padre y reconciliar la humanidad con el Padre. ¡Meditad, meditad en la Santa Pasión de Cristo Jesús!...

¡Oh, mis queridos hijos: gracias a todos vosotros por vuestra oración, vuestra penitencia, por vuestro peregrinar a este Monte de Cristo Rey! Porque este Monte, que lleva como emblema a Cristo Rey, es la preparación del Reinado de Cristo absoluto sobre sus enemigos. Aquí se está preparando el gran ejército que acompañará el advenimiento del Reino de Cristo Jesús...”

21 de octubre de 1.974

La Santísima Virgen María

“... ¡Oh, mis queridos hijos! Habéis venido de tan lejos para postraros en este Sagrado Lugar donde se recibe la luz para la Iglesia y para el mundo. Habéis venido a esta cátedra de los Últimos Tiempos. Repasad la historia de la Iglesia y observad que, en los momentos difíciles de la Iglesia, ha habido grandes apariciones celestiales para ayudar a la Iglesia. Y en estos tiempos de gran confusión, de gran división, de falsas doctrinas, no podía faltar la aparición celestial para guiar a los hijos de la Iglesia. En estos tiempos, más que nunca era necesario la intervención de esta vuestra Madre, viendo por el camino que va la Iglesia. Un porcentaje elevadísimo de la jerarquía de la Iglesia va por el camino de la perdición, dando motivo a que muchas ovejas se descarríen. Observad el panorama actual de la Iglesia. Mirad con detenimiento en qué se han convertido los templos. Se han convertido en una auténtica cueva de ladrones, pues la Casa del Padre ha sido profanada.

Mirad cuántos templos han dado cabida a la inmundicia, a la indecencia, a la perversión, a la corrupción. Observad cómo los fieles en el templo ya no se mantienen en profundo silencio y recogimiento, y mirad cuántos pasan por delante del Sagrario y no doblan las rodillas, empezando por los mismos ministros del Señor; y, cómo muchos, al doblar la rodilla, quedan por la mitad, sin atreverse a dar con la rodilla en el suelo; lo hacen de una forma mecánica y rutinaria, sin meditar que pasan delante del mismo Dios. De ahí que, viendo los fieles el mal ejemplo de los Sacerdotes, ellos tampoco doblan las rodillas.

Hijitos queridísimos: estad atentos a todas las innovaciones que hay dentro de la Iglesia, para rechazarlas; porque la mayoría vienen del enemigo. ¡Oh, hijitos queridísimos! ¡Cuánta corrupción dentro del mismo seno de la Iglesia! ¡Cuánta depravación! No olvidéis, mis queridas ovejas, que de aquí, de este rústico lugar, sale la luz para la Iglesia y para el mundo, cuya luz no es otra que la misma que ha dado la Iglesia durante todos estos siglos pasados. No puede ser otra cosa que esa misma que ha traspasado a todos los fieles a través de la historia de la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo. Esa es la Iglesia que permanece en este Sagrado Lugar, que va contracorriente, contra la nueva ola progresista y demoledora que hoy gobierna la Iglesia, porque el enemigo se ha infiltrado dentro de la misma jerarquía.

Mis queridos hijos: tened muy presente que, viniendo a este Sagrado Lugar, se refresca la memoria y recordáis las enseñanzas tradicionales que habéis recibido de vuestros mayores; y las que, muchos de vosotros, habéis vivido dentro del templo. Por eso, es necesario aumentar las peregrinaciones a este Sagrado Lugar, para que se alimenten y se fortalezcan con esta luz que penetra los corazones, que es la luz del Altísimo. Más adelante, seréis instruidos para conocer con exactitud los tiempos del reinado del Anticristo que se avecina, que está preparándose para reinar durante los tres años y medio que deberá reinar. Ya estáis viviendo los tiempos precursores del reinado del Anticristo. Estos momentos precisos son los tiempos precursores del reinado del Anticristo, porque sus profetas, el marxismo y la masonería, están reinando y difundiendo el reino del Anticristo, y, lo que es peor, esos profetas de la masonería y del marxismo, se han infiltrado dentro de la Iglesia, y son los que están anunciando el próximo reinado del Anticristo...

Mirad, mis queridos hijos: que las izquierdas y las derechas se unen en la cúspide; lo que quiere decir que, tanto el capitalismo como el marxismo, a la hora de la verdad, se unen para combatir a Cristo. Por eso, en estos tiempos que se aproximan a España, es preciso saber que es tan peligrosa la derecha como la izquierda; que la virtud estará en permanecer unidos a Cristo, siguiendo su doctrina: el Santo Evangelio; y siguiendo la doctrina tradicional de la Iglesia sobre la forma de gobernar las naciones, basado en el único Legislador, Dios, de donde viene la autoridad.” ...

25 de diciembre de 1.975

Sagrado Lugar del Palmar de Troya. Hora 10,20 de la noche.
El señor Arzobispo Pedro Martín Ngo Dinh Thuc, llegó al Palmar el día 24 de diciembre del mismo año. Al día siguiente, 25 de diciembre, Festividad de la Navidad, celebró la Santa Misa en el Lentisco. Finalizada la Santa Misa, apareció la Santísima Virgen María, que dio el siguiente mensaje:

“Mis queridos hijos: Hoy es un día grande en el Palmar de Troya. He aquí la presencia de un Sucesor de los Apóstoles. (Se refiere al Arzobispo Pedro Martín Ngo Dinh Thuc). ¡Qué más queréis, hijitos queridísimos!

... ¡Oh, hijitos queridísimos, hijitos de mi Inmaculado Corazón! Un día gozoso, grande. Todo un Coro de ángeles os rodea en estos momentos. Los ángeles están cantando: ¡Gloria a Dios... !

Un Obispo de la Iglesia celebra la Misa en este Sagrado Lugar. Los sabios del mundo, por su soberbia, no comprenden la grandeza de este Sagrado Lugar. No comprenden la crisis que vive la Iglesia en estos días. Una crisis de confusión, de error, de división, herejías, apostasía. La Nave anda recibiendo tempestades como nunca ha recibido. Sólo un pequeño grupo, en varias partes del mundo, conserva la integridad en la Fe, la sana Doctrina. Hoy en día, que aparecen falsos pastores, falsos doctores, falsos profetas: la Iglesia sufre una de las mayores crisis de la historia. Próximamente, la Iglesia vivirá un gran cisma. Es necesario que el Palmar de Troya restablezca la Santa Tradición de la Iglesia, la Santa Doctrina, la Fe católica.

Mis queridos hijos: luchad por la Iglesia, defended a la Iglesia. Sobre todo, conservad la Fe, la Doctrina, la Tradición, la integridad... Rechazad el progresismo, progresismo diabólico que reina hoy en la Iglesia.

Hoy es un día grande, porque se puede hablar claro a un Pastor de la Iglesia de cómo está la situación y la crisis que reina en la misma Iglesia. Hasta hace poco daba mensajes en el Palmar de Troya para entregar a los Obispos. Helo aquí, ahora, directamente al Obispo. Todavía puede trabajar por la Iglesia. Todavía puede hacer grandes obras por la Iglesia. La gran ancianidad es el triunfo de la Iglesia. Desgraciadamente, actualmente, los ancianos son arrinconados en la Iglesia. ¡Cuántos grandes Obispos, por tener mucha edad, han sido retirados! cuando es lo que más valía en la Iglesia para gobernarla, apacentarla y guiarla.

Todavía puede hacer un gran bien a la Iglesia. Mi deseo de Madre es que resida en esta Comunidad, la apaciente, la gobierne y la guíe por los caminos de la verdad, de la fe, de la integridad, de la tradición.

Y aún te pido una gracia especial que hace falta en este Sagrado Lugar: Es necesario la consagración de nuevos obispos. ¡Muy necesario! ¡Muy necesario! ¡Urgente! Aquí hay varios Sacerdotes que necesito que sean consagrados Obispos... Es muy necesario, para que estos Obispos, a su vez, ordenen Sacerdotes y restablezcan la Santa Tradición de la Iglesia. He aquí el trabajo que te corresponde en tus años de anciano, anciano venerable, Doctor de la Iglesia. Día grande para el Palmar de Troya y para él, si acepta la voluntad de Dios. Dios tiene grandes planes para este Obispo, grandes planes, grandes proyectos. Y su santidad debe brillar como ejemplo y virtud para toda la Comunidad.

Ahora voy a entregar el Divino Niño en los brazos del Obispo.”

La Santísima Virgen, a través del vidente Clemente Domínguez y Gómez, deposita el Niño Jesús en los brazos del Arzobispo, sintiendo éste el peso del Niño Jesús.

“Nuevamente: es necesario esta Consagración de nuevos Obispos y Sacerdotes, para el bien de la Iglesia Universal, porque de aquí, del Palmar de Troya, saldrá la Luz para la Iglesia. Son los preparados al encuentro del Retorno de Cristo. En tus manos dejo esta misión. Pero, es muy grande, mi querido hijo.”

12 de noviembre de 1.976
Sevilla

La Santísima Virgen María

“Mis muy queridos hijos: He aquí vuestra Madre Celestial, extendiendo el Manto sobre vosotros. Habéis visto algunas veces cuadros en el que Yo cubro con el Manto a comunidades de frailes. Pues, así me tenéis aquí. He aquí vuestra Madre General cubriéndoos con mi Manto protector, bendiciéndoos y dando aliento. Estoy muy contenta con vosotros, muy contenta; más de lo que pensáis. ¡Adelante! mis queridos hijos carmelitas de la Santa Faz, mi Orden amadísima. Los ángeles me acompañan en esta visita a vosotros, para sumarse al júbilo y a la alegría que siento en mi Corazón, estando en medio de vosotros.

Mis queridos hijos: la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz seguirá adelante. Nadie podrá contra esta Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. A pesar de tantos enemigos como tiene, la Orden seguirá adelante. No os asustéis ni os preocupéis por los que hoy son enemigos de esta Orden y que antes formaban parte de ella. Estos enemigos no podrán con vosotros. Ellos mismos irán destruyéndose. No es posible luchar contra una Obra divina y triunfar. Habéis tenido traidores con vosotros, con la permisión de Dios, para purificaros, probaros y cribaros...

Mis queridos hijos: grandes bendiciones y gracias vendrán próximamente sobre la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, gracias que asombrarán al mundo. Por eso, Satanás lucha contra vosotros. Mas, ¡seguid adelante! ¡Caminad con seguridad! Satán no podrá con vosotros, y esta Orden de los Carmelitas de la Santa Faz se extenderá hasta los confines de la tierra y se multiplicarán sus hijos de forma insospechable...

Y como esta Orden de los Carmelitas de la Santa Faz tiene que seguir adelante y multiplicarse, es necesario que, esta noche, haya Ordenaciones Sacerdotales, porque la Obra tiene que seguir adelante. Nadie tumbará a los Carmelitas de la Santa Faz. No tendréis vivienda para cobijar a tantos hijos carmelitas como tendréis. Ya lo veréis, amadísimos hijos, ya lo veréis.

En cuanto a las Ordenaciones Sacerdotales de esta noche, debe mirarse, primero: el deseo firme y amoroso de ser Ministro del Señor; quedando de forma secundaria su preparación, ya que ésta le vendrá poco a poco con el estudio y el Espíritu Santo. Lo importante es que desee de verdad ser Sacerdote. Si tarda más tiempo en la Misa, ya irá aprendiendo, y tardará menos. Si comete algunos errores en rúbricas, ya irá aprendiendo, si pone amor y obedece a sus profesores. Los profesores de este Seminario no tengan miedo ninguno. Lo importante es que ellos sientan la llamada sacerdotal. Lo demás, ya se les irá dando poco a poco, como son todas las obras del Palmar, poco a poco.

Mirad, hijitos míos, es muy importante que los profesores inculquen a los Seminaristas la condición sacerdotal, la más grande que puede haber en la tierra: ser ministros del Señor. ¡No hay cosa mayor en la tierra! Traer al Dios de los Cielos al Altar, perdonar los pecados, etc. Amadísimos hijos: no tengáis preocupación. Es necesario más Sacerdotes. Si ellos se entregan en cuerpo y alma a esta Obra, si hacen voto de corazón, desean ser ministros del Señor, no se les puede negar esta gracia, a condición de que sigan acudiendo a las clases y sean obedientes y sumisos a sus profesores. Os bendigo.”

20 de enero de 1.977
Sevilla, Casa Generalicia

La Santísima Virgen María

“Mis queridos hijos: He aquí vuestra Madre extendiendo el Manto sobre la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. Estoy muy contenta, muy contenta, con vosotros, por vuestro espíritu de oración y penitencia, dando culto al Señor continuamente. Hoy, más que nunca, es necesario el culto a Dios... Los ángeles están asociados a vosotros, dando gloria a Dios y saltan de gozo al contemplar vuestros cultos...

Mis queridos hijos: ¡Cuánta alegría hay en el Cielo por estos cultos! Y ¡cuántas gracias y bendiciones caerán sobre vosotros! Veis cómo se cumple la promesa de Jesús. Él os ha dicho que se aumentarán los miembros de esta Orden. Y, realmente, van llegando miembros de todas partes. Y llegarán muchos más, muchísimos más, ¡incalculable! Y, ciertamente, no habrá casas suficientes para albergar a tantos frailes como tendrá esta Orden predilecta y amadísima de los Carmelitas de la Santa Faz.

Y ¡cuántos Santos se formarán dentro de esta Orden! Ya hay Santos entre vosotros. Vivís con ellos y no os dais cuenta. Pero, hay uno que conoce a algunos de los Santos de la Comunidad. Muchas veces, aquellos que os parecen más tontos, son Santos. Otras veces, aquellos que cometen originalidades o extravagancias, involuntariamente, son Santos. Difícil de comprender, pero son de corazón puro; y, tal vez, la cabeza aparentemente distraída. Es tanto su entrega al Señor, que a veces pierden la noción que están en el mundo y hacen tonterías.

¡Oh hijitos queridísimos: Esta será la Orden de los Santos! Estad seguros que, obedeciendo al Señor y obedeciendo las Santas Reglas de la Orden, dando el culto que dais y haciendo estas oraciones y penitencias, alcanzaréis la santidad, y una santidad en grados superlativos. Los santos defensores de la Iglesia, en los tiempos apocalípticos, santos con apariencia de ignorancia, porque no han realizado grandes estudios, porque no han pasado muchos años en el Seminario; pero tienen el corazón entregado al Señor, y el Señor les va dando las gracias necesarias para alcanzar la santidad y convertir a muchos pecadores. Ciertamente, algunos de entre vosotros, que sí han estado en Seminarios, tienen estudios, también van alcanzando la santidad. Mas, caminad con precaución, porque mientras viváis en el mundo, no podéis saber de qué lado quedaréis. Tenéis que estar siempre invocándome, para que Yo os proteja y os libre del Enemigo infernal.

¡Oh!, mis queridos hijos: ¡Cuánta alegría en mi Corazón maternal al contemplaros debajo de mi santo Manto protector! Y ahora, mis queridos hijitos, es necesario, muy necesario que, desde este momento, sean cambiados todos vuestros nombres, como signo de santa obediencia y humildad y renuncia al mundo; comenzando por el del Padre General, que, desde este momento, se llamará el Padre Fernando.”

El vidente, sorprendido, dice: “¡Eh! ¿Fernando? ¿Fernando? ¿Y no te da igual Clemente? ... ¡Fernando! ¡Y ahora yo tengo que oír decir Fernando! Pero ¡Madre mía! Bueno, como Tú quieras: Padre Fernando.”

La Santísima Virgen continúa hablando: “Y el Padre Manolo se llamará el Padre Isidoro.” El vidente dice: “¿Isidoro?”

“El Padre Camilo se llamará el Padre Leandro. El Padre Francisco I se llamará el Padre Fulgencio... El Padre Jaime I se llamará el Padre Justo...

Como ves, hijo mío, he tomado los nombres de gran importancia en la historia de Sevilla, historia de grandes Santos que dieron mucha gloria a Dios y a la Iglesia. Y es necesario que sean vuestros directos protectores, estos Santos que van a influir decisivamente en la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz y en el futuro de la Iglesia. Lo que quiere decir que tenéis que leer y aprender la historia de estos Santos, de qué forma defendieron a la Iglesia, para intentar imitarlos.

Y tú, como Padre General de la Orden, tienes la facultad de poner los demás nombres a cada miembro de la Comunidad. Los cuales, ellos no pueden elegir, como tú tampoco has podido elegir para ti. Y ha de hacerse de tal forma que, los nombres que pongas, no coincidan ninguno con los ya existentes en la Comunidad; comenzando por la lista con los primeros que recibieron la Consagración Episcopal; después, con los últimos presbíteros, y, finalmente, los hermanos... Y cuídese siempre que los devotos os llamen siempre y en todo momento: Padre. Ya es hora que os llamen por la dignidad que tenéis de Sacerdotes del Señor. Ya está bien como hasta ahora que os llamabais por el nombre simple como el mundo os llama. Que sepan que sois Sacerdotes del Señor y que vuestro título especialísimo y el más grande que podéis tener y el más hermoso, es el de Padre. Ya está bien de tanta confianza. Una cosa es el tú a tú y otras cosas es quitar Padre. Por mucha confianza que haya, nunca se puede quitar el nombre de Padre al Sacerdote. Y entre vosotros, igual. Porque algunos, no decís Padre y os llamáis por el nombre, como hace el mundo. Esto no puede ocurrir en esta Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. Ha de cuidarse siempre que, entre vosotros mismos, os llaméis siempre Padres unos a otros...

Hijitos queridísimos: No olvidéis que el nombre que se os imponga nuevamente como religiosos, va a significar una gran protección para vosotros, porque ese Santo será el encargado especial para enseñaros todas las cosas que ignoráis, necesarias para vuestro ministerio sacerdotal...”

31 de mayo de 1.977
Palmar de Troya.

La Santísima Virgen María

“Mis queridos hijos: He aquí vuestra Madre, como Reina y Señora, rodeada de ángeles y acompañada del glorioso Rey San Fernando. El mundo no se da cuenta de la importancia de este Sagrado Lugar, donde se consolidará el Gran Papado y el Gran Imperio, el Imperio de Cristo. Este futuro Papa de la Gloria de las Olivas, que llevará, junto a la Cruz, la espada, restablecerá el orden en toda la faz de la tierra. Por eso, es necesario que, todavía, un tiempo más, sufra la cruz de la ceguera, para fortalecerse y para perfeccionarse, para la gran empresa imperial y papal que recaerá sobre él en su día. Un gran Papa, que será un gran Caudillo. Un Victorioso contra todos los enemigos de Cristo. Un Caudillo ungido, que tendrá que atajar el camino para cortar el paso al marxismo, cuyo marxismo, reinará en España por brevísimo tiempo, para ser después totalmente destruido y arrojado de España, a través de la Cruz y la espada.

¡Qué gran lugar este del Palmar de Troya! ¡Y el mundo sin darse cuenta! Gracias a todos vosotros, Carmelitas de la Santa Faz, los futuros guerreros de las huestes de Cristo.

Es necesario que todos comprendan la importancia de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, la Orden más grande que ha existido, porque en ella se une lo bueno de las distintas Órdenes, hoy relajadas.

Y aprovecho este momento para deciros, con manifestación maternal, que, a partir de ahora, en la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, no se admita más a miembros seculares. A partir de ahora, todos los que ingresen serán aquellos que tengan espíritu del Clero Religioso... Ya no se admitirá más la entrada de seculares entre vosotros, porque contagiarían sus malos ejemplos a los miembros de la Orden. Quiero el estado perfectísimo, que es el de la Vida Religiosa. Pues, el Clero Secular, aunque estado perfecto, es menos perfecto que el Religioso, muchísimo menos; máxime en esta hora de apostasía y corrupción. No es posible que un Sacerdote permanezca fuerte y santo en medio de un mundo corrompido, en medio de un mundo de apostasía. Los que están tomando el camino de secular, generalmente caminan mal, muy mal, porque les falta el espíritu del sacrificio, el espíritu de la inmolación, la entrega total. Por eso, ya lo sabéis: A todos aquellos que lleguen, tenéis que comunicarles mi deseo maternal de que: o religioso o ¡no hay nada que hacer! Nada de facilidades para alcanzar esta gracia sacerdotal y episcopal de los Apóstoles de los Últimos Tiempos...

Sí, amadísimos hijos, hijos de mi Corazón Maternal e Inmaculado. Así es, Satán lo sabe. Y Satán sabe que esta Madre vuestra os tiene bajo su Manto y quiere ayudaros a alcanzar la santidad, pero dentro de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. No será posible esa santidad fuera de ella, porque el mundo os perdería, el mundo os contagiaría el mal, y no sabríais caminar fuera de la Orden.

¡Oh mis queridos hijos! Es necesario que meditéis sobre estas verdades. Tenéis una Orden, los Carmelitas de la Santa Faz, que será el asombro del mundo en santidad y virtud, en ejemplo y modelo de toda clase; que serán unos frailes fuertes, virtuosos y ejemplares; y unas monjas hermosas, virtuosas y ejemplares.

¡Cuánto quiero a mis amadísimas y queridísimas hijas las Monjas Carmelitas de la Santa Faz! ¡Qué hermosura! Los ángeles se asocian llenos de gozo cuando oyen a estas monjitas hacer oración en este Sagrado Lugar. ¡Qué hermosura de estas Monjas Carmelitas de la Santa Faz!...

Mis queridísimos hijos: es necesario que ingresen en la Orden muchos más, muchos más, muchos más, de todas las naciones, porque cada nación que tenga miembros carmelitas en la Orden recibirá mi protección maternal, mi amparo y mi refugio. Yo prometo extender mi Manto protector sobre las naciones que tengan frailes y monjas en la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz; y cuanto mayor sea el número, más será la protección y el amparo y el refugio...”

9 de agosto de 1979

París. Al retorno del primer viaje a Tierra Santa. Primer Aniversario de la Traslación de la Cátedra de San Pedro al Palmar de Troya. Mensaje dado por la Santísima Virgen María, bajo la advocación de la Milagrosa, a Su Santidad el Papa Gregorio XVII, en la ciudad de París.

La Santísima Virgen María

“Queridísimo hijo, amadísimo hijo de mi alma, Vicario de Nuestro Señor Jesucristo. Te agradezco mucho esta visita. Estoy muy contenta con este grandioso viaje, con este viaje apocalíptico, con este viaje grande, excelso, de gran simbolismo apocalíptico. He aquí que las sandalias del pescador van tocando los distintos lugares, los grandes santuarios, las ciudades, los pueblos, las naciones. Pues, cada nación, que recibe el paso del Vicario de Cristo, recibe la Bendición Apostólica, en cuyas naciones habrá más protección cuando lleguen los grandes castigos.

Mira, hijo mío, ya puedes comprobar como está podrida y corrompida la Iglesia Oficial, la Iglesia Romana. Por su prostitución, se ha convertido en la Gran Ramera. Es aquella que pacta con los enemigos de Cristo. Es aquella que respeta todas las religiones, es aquella que predica la verdad y la mentira al mismo tiempo. Esa Iglesia Romana de hoy, apacentada por una Bestia, el usurpador Juan Pablo II, esa Iglesia Romana que ha sido abatida y hollada por los enemigos de Cristo, ella misma ha abierto las puertas. He aquí que la verdadera Iglesia ya no es más Romana. La verdadera Iglesia es Palmariana, como tú mismo has predicado, asistido por el Divino Espíritu. No es posible seguir siendo romana, cuando la Cátedra ha sido trasladada por orden de Cristo. Y jamás se permita ya llamar Iglesia Romana a la verdadera, pues ella es la Gran Ramera. En cambio, la Iglesia Palmariana es la Iglesia de siempre, es la Iglesia de Jerusalén, y es la Iglesia de Roma cuando ella fue fiel. La Iglesia Palmariana es la Iglesia con la cual Cristo está desposado. Porque, la Iglesia Romana se ha divorciado de Cristo al hacer lo contrario a lo que Cristo quiere, al unirse con sus enemigos. La Ira del Eterno Padre caerá poderosamente sobre la Iglesia Romana.

Mi queridísimo Vicario, la Gloria de las Olivas, mi dulce Papa: He aquí que tú debes saber, no solamente saber sino predicar, que Roma ha desaparecido. Roma ha caído, como Babilonia cayó. Roma es la Babilonia de los Últimos Tiempos. Mientras estuvo el dulce San Pablo VI, aún se llamaba Iglesia Romana; pues él era el único y unos poquitos más, los que podían llevar la Iglesia de Roma adelante. Muerto él, asesinado por el tirano Cardenal Villot, el cual ya puedes pensar donde se encuentra; el que tenga entendimiento que entienda. Ese mismo Cardenal Villot, por permisión de Dios, mató al Antipapa Juan Pablo I, porque el Cardenal Villot quería ir más rápido para destruir la Iglesia. En cambio, el Antipapa Juan Pablo I, hombre más sagaz, más astuto, quiso andar lentamente; y esta oposición dio lugar al asesinato, permitido por Cristo, con la intervención poderosa del Arcángel San Miguel, que empujó más la acción de Villot. ¡Así acaban los enemigos de Cristo!

Así pues, queridísimo Vicario, sigue adelante, sigue adelante, sigue adelante, sin miedo, sin titubeos. Tú eres el Dulce Cristo en la tierra, aunque tengas debilidades, miserias, imperfecciones, como tantas veces predicas. ¡Apacienta el rebaño de Cristo! ¡Apacienta el rebaño de Cristo! ¡Apacienta el rebaño de Cristo!

Queridísimo Vicario de Cristo, Gregorio, camina adelante, camina adelante, camina adelante. Yo te daré fuerzas. Yo extiendo mi Manto sobre ti y te amo como a hijo predilectísimo, si sigues correspondiendo a la gracia. No puedes ni imaginar el amor de tu Madre hacia ti. Ya has visto como te he tomado en mi regazo: He puesto la mano sobre tu cabeza, te he estrechado sobre mi Corazón, para que recibas fuerzas de él, para que recibas aliento, para que sigas adelante por encima de todos los obstáculos. Día grande fue el seis de agosto del año pasado, día grande y hermoso, pues ceñía la Sacra Tiara la Gloria de las Olivas, el Gran Pontífice, el Gran Papa, el Gran Emperador; aquel que alzará su potente espada contra los enemigos de Cristo; aquel que restablecerá el orden en el mundo; aquel que acaudillará poderoso ejército contra los herejes; aquel que extenderá la Hispanidad por las naciones y fundará el Sacro Hispano Imperio. ¡Gran día fue el de la Transfiguración del año pasado! Pues, la Iglesia se transfiguró. Volvió al esplendor de la Iglesia. Y aun será mayor, pues el Imperio llegará como llegó el Papado, cuando nadie lo espere, cuando nadie piense, todo llegará. Las profecías se cumplirán. He aquí el Gran Papa, anunciado en las profecías. Francia ha recibido un duro palo, pues el Gran Papa es español, aunque con sangre francesa. Y, sobre todo y ante todo y para todo, sangre judía, al igual que la Mía. Así tenía que ser: la primera piedra, judía; la última piedra, judía; así tenía que ser. Mas, ten cuidado. Todo es condicionado a la correspondencia a la gracia. Y así, pensando en esto, nunca te llenarás de vanidad; porque sabes que está condicionado, que todo puede ser cambiado y trasladado a otros. Cíñete bien la Sacra Tiara. Muestra al mundo que eres el Gran Vicario de Cristo. Toma fuertemente el báculo papal y lanza de la Iglesia Santa de Dios a toda clase de herejes. Y un día tomarás la espada, la poderosa espada de San Fernando; esa espada, ante la cual temblarán los enemigos de Cristo, pues Yo, tu Madre, estaré asistiéndote en las duras batallas. El mundo quedará asombrado de las grandes victorias. Será sonado el gran ejército del Papa. Todos dirán: “Ahí vienen los soldados del Papa. ¡Cuidado con ellos! Pues, la cabeza de ellos es terca y nadie le hará volver atrás.” El Gran Caudillo del Tajo, es la misma persona. El Gran Monarca, es la misma persona. Si leéis las profecías con humildad y con espíritu de sencillez, encontraréis que es una sola persona: El Gran Papa, el Gran Monarca y el Caudillo del Tajo. Algunos ya lo habéis visto. Predicadlo al mundo, para que el mundo sepa quien es Gregorio XVII. Y tú, amadísimo Vicario de Cristo, no tengas miedo porque el mundo sepa todas estas cosas. Yo te protegeré y nada pasará hasta que llegue la hora de extender los brazos en la Cruz, a imitación del Divino Maestro y a imitación de la primera piedra.

Día grande para la Iglesia el de hoy, día 9 de agosto, la gran fiesta de la Traslación de la Cátedra de San Pedro de Roma al Palmar. Día grande para la Iglesia, pues, a partir de entonces, la Iglesia se llama Palmariana. Sólo en la Iglesia Palmariana se reconoce la Una, Santa, Católica y Apostólica. Sólo en la Palmariana. Fuera de Ella, está el error...”

9 de agosto de 1980

Cuenca. Al retorno del segundo viaje a Tierra Santa, en el segundo aniversario de la traslación de la Cátedra de San Pedro de Roma al Palmar.

La Santísima Virgen María

“Mi queridísimo hijo, amadísimo Vicario de mi Divino Hijo: Agradezco, con el corazón rebosante de gozo, vuestra visita, tanto a ti, como a tus hijos.

Observa detenidamente ésta mi suavísima posición: Ves con qué sublime suavidad porto en mi Sagrado Regazo a Cristo Jesús, Salvador de la humanidad. En esta misma sublime posición porto a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

¡Qué hermoso sería si todos los hombres supieran que tienen una Madre en los Cielos, que puede acunarlos como pequeños parvulitos! Y no sólo acunarlos, sino, lo que es más grande, alimentarlos, adoctrinarlos y entregarles la salvación. He ahí el profundísimo misterio de la economía de la gracia. Por cuanto que Yo, la humilde esclava y pobre gusanillo, soy, por disposición del Altísimo, la Hija de la Gracia, la Madre de la Gracia, la Esposa de la Gracia, el Templo y Sagrario de la Gracia, y la que lleva la Gracia a los hombres. De tal manera es así que, sin Mí, ningún hombre alcanzará la gracia, ya que soy la Portadora de la Gracia, soy la Llena de Gracia. En breve comentario: Soy la Gracia.

Los que acuden a Mí, hallan la Gracia. Los que me rechazan, no entrarán en el Reino de los Cielos, por cuanto que Cristo no media ante el Padre por aquellos que rechazan mi mediación.

Así como Cristo me envía, Yo os envío a vosotros. En esta frase, que acabo de decir, se encierra un profundo mar de gracias. De tal manera es así, que el que rechaza el rocío de este mar de gracias, no entrará en el Reino de los cielos.

La gracia, la reciben los desterrados hijos de Eva, mediante la Preciosísima Sangre del Divino Cordero inmolado en la Cruz del Calvario, cuya Sangre salió de mis propias venas. Y es esta misma Sangre la que sigue alimentando a vosotros.

¡Oh, mis queridas ovejitas! Vosotros, los que sois miembros de la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana, estáis alimentados con la Sangre del Cordero, cuya Sangre procede de la Madre del Cordero. Como Madre del Cuerpo Místico de Cristo que soy, sigo alimentando a Cristo en la Iglesia. Ahora doy mi maternal bendición a ti, a tus hijos que te acompañan y a todos los fieles. Os bendigo.”

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